Concha Barrientos, Lola Ramos y Lola Márquez, tres ex jugadoras del primer equipo femenino en Badajoz, pasaron por Ciudad Deportiva para recordar sus inicios
El Baloncesto Batalyaws aprovechaba hace algunas semanas atrás en su quinto partido en la Liga Femenina 2 para hacer un homenaje a algunas jugadoras integrantes del primer equipo femenino que militó en Primera y Segunda División femenina.
Alguna de esas componentes, Concha Barrientos, Lola Ramos y Lola Márquez, pasaron este miércoles por Ciudad Deportiva para recordar como fueron los inicios del baloncesto femenino en la ciudad de Badajoz.
Cómo en todos los inicios en el deporte, fueron años difíciles en el aspecto económico y, más aún, en cuanto a instalaciones se refiere. Encima del actual parking de Menacho se situaba la Ciudad Juvenil, un humilde complejo donde los jóvenes que iniciaban este deporte se adjudicaban las horas de pista en función de los primeros que llegaban. «El primero que llegaba a la pista, cogía para su equipo y el resto se aguantaba. Yo iba a las 7 de la mañana» recuerda Lola Ramos. Junto a esas pistas, unos vestuarios donde el agua fría imperaba en invierno y la intimidad casi no existía. «Nos poníamos los bañadores porque sino nos veían los niños» declaraba Barrientos socarronamente. Loli Márquez añadía «teníamos que vigilarnos mutuamente.»
A comienzos de los 60, las disciplinas deportivas empezaban a nacer en categoría femenina y, con ellas, las tendencias más clasistas y machistas ponían impedimento al desarrollo de estás actividades. Sin embargo, Barrientos, Márquez y Ramos fueron afortunadas en poder desarrollar el baloncesto sin oposición familiar alguna. «Mi padre era muy deportista y le encantaba», mencionaba Márquez.
Se llega a la máxima categoría
Diana de Josefinas, San Jorge e Imperial eran los primeros equipos que echaban a rodar en el baloncesto femenino de Badajoz para más tarde dar lugar al BBC. Entrenado por Gonzalo Robles, José Luis Clavero y Rafa Galán, y junto a Lolo Unión a cargo de la preparación física, el equipo comenzaba a apuntar a fases de ascensos a la máxima categoría. «La primera que hicimos fue en Granada. Cuando salíamos de jugar llorábamos mucho, pero al día siguiente estábamos al pie del cañón», contaba con emoción Concha Barrientos. Tras Granada, vino otra decepción en Salamanca y el esperado ascenso en Málaga.
El equipo vivió una temporada en la máxima categoría del baloncesto femenino español. En la carretera de Madrid, una gran nave hacía de un improvisado pabellón el cual se llenaba para ver a las jugadoras. Más tarde, el pabellón del colegio Juventud, en parque de la Legión, sería la primera pista cubierta que el equipo femenino disfrutaría. «Venían muy buenos equipos de baloncesto femenino a Badajoz» mencionaba Concha.
Homenaje con Batalyaws
Concha Barrientos y Lola Ramos volvieron a un pabellón deportivo para ver baloncesto femenino después de muchos años sin acudir. Concha lo vivió de forma más agitada. Ella reconoce que se «irrita demasiado con el arbitraje y aún guarda el nervio deportista». De forma más calmada e incluso emocionada lo vivió Lola Ramos: «Vi una gran diferencia con nosotras. Creo que no se trabaja mucho la técnica de equipo y me dio pena, no salí bien. Desilusionada.»
Recuperar lo que fueron los inicios
Lola Márquez destacó con rotundidad lo difícil que ve recuperar aquello que ellas vivieron. «Lo veo muy difícil. Creo que los periódicos no informan del equipo. No te enteras de cuando hay partido.»
Sin embargo Concha Barrientos achaca el Quid de la cuestión está en los valores: «Pienso que es cuestión de valores. Deben disfrutar del deporte y deben contar con entrenadores que trabajen el aspecto físico y que expriman a las jugadoras en cuanto a sacrificio.»
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