El CD Badajoz se queda a un sólo gol de la remontada tras un partido épico. La falta de acierto evitó la machada blanquinegra. Pozo y Copito hicieron soñar a los pacenses
Con la miel en los labios. Remar para morir en la orilla. Morir matando. Hay tantas frases con las que puede describirse lo que le pasó al Badajoz en la Nueva Condomina. Pocos imaginaban un desenlace tan cerca de la gloria, y menos aún, que el equipo mostrara la cara completamente antepuesta a la del partido de ida. Los pacenses se quedaron a un sólo gol de entrar en el siguiente bombo, y no podrán quejarse de que fue por falta de ocasiones.
El extraño ambiente de remontada empezó en voz baja, mediante el susurro de unos pocos «locos» que querían creer en la remontada, para más tarde irse acompañando de cada vez más actores que se animaron a creer que la gesta no era una quimera, y que podía tornarse en realidad. El sentimiento terminó de hacerse grande el sábado, cuando el primer equipo del Murcia caía ante el Hércules en el descuento de la vuelta, lo que provocaba que se esfumara cualquier opción de ascenso de los de Paco García.
Con la pesada losa del 1-3 encima, Pastelero optó por un portentoso once plagado de novedades. Puñales por las bandas, con Arias y Carmona de carrileros largos, portentoso centro del campo con Suso y Marfil con Edu Torres por delante, y con un tridente formado por los tres hombres que el técnico del Valle de Santa Ana consideró que llegaban mejor a este encuentro con Juanan-Pozo y Copito de estiletes ofensivos.
Los pacenses fueron a por todas desde el principio
Los visitantes perdían claramente la eliminatoria, y para lograr voltearla debían de poner toda la carne en el asador desde el pitido inicial, y así fue. El encuentro comenzó con el Badajoz yendo a morder, y a querer encarar la portería de Ximo Ballester desde el principio. Salieron tan pasados de revoluciones, que por momentos se volvían agresivos por recuperar el balón. El trivote del centro del campo imprimía intensidad, y Copito chocaba constantemente contra unos centrales a los que según pasaban los minutos iría ganando la partida.
Lo cierto es que la primera ocasión clara no llegaría hasta pasado el cuarto de hora, cuando Edu Torres recogió un balón que llegaba llovido a la frontal para con la frente buscar ajustarla. El esférico se marchó a escasos centímetros de la portería pimentonera.
Las ocasiones se irían alternando, ya que Manolo también tendría que intervenir en una buena jugada local que finalizaba Quiqui, y Juanan también volvería a medir la elasticidad de Ballester.
El descanso se acercaba, y el gol no llegaba. Suso impactaba en la madera y Copito chocaba ante el cancerbero murciano. Cuando parecía que el árbitro interrumpiría el partido para llevarlo al descanso, Abraham Pozo pondría el primer tanto rumbo a la esperanza con un remate seco marca de la casa. El Badajoz anotaba al filo del intervalo un retazo para creer en que era posible.
Un recital desaprovechado
Una vez transcurrieron los primeros cuarenta y cinco minutos de partido, el Badajoz salió con aún más ganas de remontar que en la primera parte espoleado por el gol que había logrado Pozo.
Los balones llovidos a Copito serían un tormento para la zaga local, y un repetido recurso para los pacenses. El capitán lo remataba todo, y gozaría de grandes ocasiones, así como de proporcionar otras tantas a Juanan y Carmona, quiénes lamentarían de manera enérgica sus respectivos fallos de chances manifiestos. Pese a ello, el Imperial seguiría mostrando su peligro a balón parado. La mejor intervención de Manolo llegó tras una contra que Javi Muñoz ejecutaba, y que el meta lograba evitar el peligro con una soberbia estirada que evitaba el tanto del empate.
Cuando parecía que los blanquinegros se quedaban sin opciones, llegó otra de esas recurrentes jugadas en las que la sociedad Pozo-Copito volvería a lucirse para acabar en la cabeza del killer, quién ponía el segundo en la nómina de los pacenses a falta de nueve minutos para el final. Los pacenses ahora creían más que nunca.
Los últimos minutos fueron de verdadera locura. Mientras que el Badajoz añadía efectivos al ataque, los incondicionales animaban más que nunca desde la grada. El partido estaba en pleno furor antes de saber quién podría llevarse el billete a la siguiente fase.
Pese a que contó con ocasiones hasta el final del partido, el marcador finalizaría así, con el 0-2 definitivo. Un resultado que servía para que la eliminatoria quedara igualada, pero no para que obtuvieran el pase los de Pastelero, por culpa del valor doble de los goles fuera de casa.
Se marcha el sueño blanquinegro en la primera ronda de los playoff de ascenso, después de haber finalizado en una cuarta posición liguera. Desde este mismo momento, comienza una nueva etapa en el CD Badajoz. Según el presidente Pablo Blázquez, «toca trabajar desde ya por hacer un proyecto serio de cara a la temporada que viene».
Real Murcia Imperial: Simón; Álvaro, Gregorio (Joselu, 32′), Kiko, Smitarello, Pau, Adrián (Javi Muñoz, 46′), Edu Alarte, Kiki, Javi Saura (Salva Ballesta, 67′) y Roberto.
CD Badajoz: Delgado; Pablo Carmona, Chamorro, Rodolfo (Rooney, 62′), Carlos Arias (Jefté, 74′); Abraham Pozo, Samuel Marfil, Edu Torres y Suso; Juanan (Sergio Ramos, 62′) y Copito.
Árbitro: Gamón Cánovas (valenciano). Amonestó a los locales Pau y Kiki y a los visitantes Suso, Samuel y Carmona.
Incidencias: Estadio Nueva Condomina, alderedor de 150 espectadores. Presencia de 70 aficionados blanquinegros.
Foto: Alberto Lozano
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