El ya ex entrenador del CD Badajoz dejó numerosas citas celebres durante los 29 meses que ocupó el banquillo blanquinegro.
El pasado lunes 11 de enero no iba a ser un lunes normal. Era el día después de que un estadio entero clamara contra la continuidad de una persona que previamente había escrito relatos dignos de cualquier cantar épico. Era una sobremesa en la que el café se le iba a atragantar al presidente de la entidad pacense, Pablo Blázquez, quién afirmó haber tomado la decisión más difícil de su etapa como mandatario del club. Había determinado junto al plebiscito de su directiva cesar a Víctor López, el entrenador más laureado en la historia reciente del fútbol pacense.
Casi dos años y medio dan para mucho. Todo comenzó a principios del agosto con más incertidumbre en la historia de un club centenario, cuando tomó las riendas del recién refundado CD Badajoz 1905. Dicho período turbulento fue rápidamente olvidado por dos ascensos de categoría en dos años. Más tarde, el escenario deportivo cambió de sobremanera hasta llegar a este día. Día en el que el ambiente enrarecido, sumado a una mala racha en liga, terminan dejando que el filo de la guillotina asiera la testa de un hombre cuyo nombre sobrevivirá por siempre en la memoria de la afición de este equipo.
Natural de Mohedas de la Jara (Toledo), aunque desde hace tiempo afincado en Badajoz, Víctor López Gómez dejó en la retina de aficionados, jugadores, y directivos, una serie de frases que por muchos serán enmarcadas en el decálogo de todo blanquinegro. Pese a que se podrían recopilar miles de ellas, hoy se seleccionan las que acapararon más portadas.
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