Solo el Don Bosco consigue puntuar ganando por 0-1, mientras que Deportivo Pacense y Flecha Negra pierden (1-2 y 5-0). El Deportivo Pacense pierde frente al Atlético San José de Promesas tras un buen partido de ambos, manchado con una tangana en el último minuto por el cáncer del fútbol base: los padres forofos.
Comenzaba algo despistado el Deportivo Pacense que, al minuto de partido, recibía un buen disparo al larguero del equipo almendralejense, que, de saque inicial, inició una buena jugada por banda que hizo tambalear la portería defendida por Roberto. Esto hizo despertar a los pacenses, que, a los dos minutos, tras una falta en el pico del área y un córner en el minuto 7, remataban alto de cabeza y devolvían la inseguridad a los de Almendralejo. Buen comienzo de partido, que no se correspondería con el toma y daca que parecía, a partir de ese momento. Los locales esperaban en su campo un posible contragolpe, mientras que atléticos buscaban la espalda de los pacenses con balones altos a sus delanteros. Poco conseguían. Un rechace al palo de los almendralejenses en el 21, y un tiro de Corchero rozando el palo para los pacenses. Hasta que llegó el minuto 37, en el que Zambrano, extremo del San José, cogió el balón en el pico del área y tras dos rápidos regates y un pase en profundidad, dejó solo ante el portero a Pablo Miguel, que regateó a Roberto y marcaba para el Atlético. Poco más y al descanso. La segunda parte fue para los de Mateos, que, a los trece minutos, marcaba el empate tras una buena combinación en la que Guille, desde la banda izquierda, colgó el balón al segundo palo, Fabián la puso de primeras y Nuñez, que entraba con todo, remataba de cabeza a la red. A partir de ahí el partido se volvió un poco loco, los entrenadores iban dando entrada a sus pupilos y las ocasiones, ninguna clara, se sucedían por parte de ambos. El partido parecía destinado a terminar con el empate con el que ambos parecían conformase, pero en el minuto 82, un despeje de la defensa atlética se convertía en un pase que dejaba solos a los dos jugadores más adelantados de los de Jorge , que solos ante el portero marcaban a placer. Ahí se iba a acabar el partido. O eso parecía. Porque, un rifirrafe sin importancia, en la banda más cercana a la grada, hizo que el padre de uno de los jugadores implicados saltara al terreno de juego a, lo que él consideraba, «defender a su hijo», y se armó la marimorena. Invasión de campo por parte del cáncer del fútbol base, los padres forofos, que tras unos cuantos encontronazos, agresiones, insultos y amenazas al equipo arbitral, acabó con un expulsado por parte de cada equipo y con el pitido final. Vergonzosa una vez más la actitud de una minoría que, desgraciadamente se hace notar mucho en los campos de fútbol base, ese cáncer que no cesa, los padres forofos. Esperemos por el bien del fútbol que esta gentuza desaparezca de la base de una vez, o de no ser así, que la educación y cordura que tanto les falta a ellos, les sea aplicada en forma de castigo o sanción, por parte de la Federación o de los mandatarios de sus clubes.
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