Momento de redefinir el modelo

Han pasado apenas cinco años de aquel trágico verano de 2012, y de aquella maravillosa y casi milagrosa resurrección de nuestro querido CD Badajoz.

Que esto haya sido posible es gracias, principalmente, a la actitud de un grupo de aficionados que en estos años decidieron dedicar su tiempo, y sus esfuerzos a ayudar al equipo de su ciudad. Actitud, digo, y no conocimientos, amor a los colores o capacidad de trabajo, pues estas cualidades se las presupongo con toda seguridad a la gran mayoría de aficionados del CD Badajoz. Lo que marca la diferencia, en el deporte, en los negocios o en la vida, sin duda, es la actitud, y el maravilloso caso de superación del CD Badajoz es un ejemplo más.

Pero bien, llegados a la situación actual, y conociendo las limitaciones que Club y ciudad tienen, pero también la ambición que por historia futbolística o cabecera social y económica de la región debemos tener, es el momento de reflexionar y replantearse los próximos años. La actitud de un grupo de aficionados ya no va a ser suficiente.

En cualquier proyecto de este tipo tres pilares son los que deben sostener el Club, además, por supuesto, de una gestión óptima: afición, instituciones y entidades privadas (en forma de patrocinios o inversiones). Hasta el momento ha sido suficiente con nuestra masa social (alrededor de 2000 abonados en los primeros cuatro años y unos 3200 esta temporada, hasta el momento. Un éxito). Ha sido suficiente también con las aportaciones de diversas Instituciones, principalmente el Ayuntamiento de Badajoz (aportaciones, que, hasta ahora, nunca supusieron más del 10% del presupuesto del Club, siendo a buen seguro, el Club con menos peso de ayuda pública en su presupuesto en toda la región). Y ha sido suficiente también con la colaboración de las 30 o 40 empresas patrocinadoras de la ciudad que durante estos años han aportado su granito de arena, y en la medida de sus posibilidades, para el sustento del CLUB. Agradecidos a todas ellas.

Con todo esto se puede llegar, y como decía antes, con una buena gestión y optimizando al máximo los recursos, a la situación actual. A tener un equipo con opciones de “sobrevivir” año a año en Segunda B, pero más cerca a buen seguro, del amargor del descenso que de la gloria de un ascenso a LFP, con el desencanto progresivo que eso puede generar en una afición.  Y más, teniendo en cuenta a “los gigantes” en presupuesto a los que nos vamos a enfrentar esta temporada y en el futuro.

Si queremos crecer, y volver a ser un Club grande, grande de verdad, es el momento de que esos “pilares” se hagan más fuertes y consistentes, mucho más. Pero…¿tenemos afición suficiente en la ciudad para ser el pilar principal en el que sostenerse? ¿tenemos instituciones que apoyen, sin tapujos, el deporte de élite en la ciudad? ¿tenemos tejido empresarial con la suficiente solvencia como para empujar al equipo a consolidarse en categorías superiores?

Ahora mismo, la respuesta es clara: no.

Es el momento de recapacitar, de redefinir el modelo, de buscar vías para que esos tres pilares nos hagan grandes otra vez. Y deben ser los socios y aficionados los que decidan como hacerlo. Todos a una será más fácil. Si es que queremos, claro.

 

 

 

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